El estudio de la Unión Europea exige analizar su arquitectura institucional, sus procesos de toma de decisiones y los mecanismos de cooperación que complementan la integración. Este ámbito de conocimiento abarca tanto la evolución de las políticas comunes, como la Política Agrícola Común o la Política Comercial Común, así como el examen de áreas de especial relevancia como Justicia y Asuntos de Interior o la Política Exterior y de Seguridad Común, los cuales constituyen pilares clave de la acción europea y reflejan su progresiva supranacionalización. Asimismo, se investiga la adaptación de las instituciones y de los equilibrios de gobernanza ante la perspectiva de una Unión en expansión hacia 30 o más Estados Miembros, con los desafíos que ello plantea en términos de eficacia, legitimidad y cohesión del proyecto europeo.

El mercado interior constituye el núcleo de la integración europea y se encuentra en constante evolución y adaptación a las nuevas realidades económicas, sociales y tecnológicas. Su análisis requiere comprender tanto la eliminación de barreras y la construcción de un espacio económico común como los mecanismos de ajuste que permiten responder a exigencias emergentes en materia de digitalización, sostenibilidad o seguridad. En paralelo, la política de competencia de la Unión Europea desempeña un papel esencial para preservar la dinámica competitiva, abordándose de forma sistemática sus cuatro pilares: la prohibición de acuerdos anticompetitivos, la persecución del abuso de posición dominante, el control de fusiones y adquisiciones, y la disciplina en materia de ayudas de Estado.